Marta Minujín inauguró "Golosina emocional", una experiencia inmersiva entre colchones y sonido

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Marta Minujín inauguró "Golosina emocional", una experiencia inmersiva entre colchones y sonido

Marta Minujín inauguró "Golosina emocional", una experiencia inmersiva entre colchones y sonido

Las Martitas irrumpen en el Hall Central del Palacio Libertad moviendo sus melenas rubias de corte carré y mirando a un lado y a otro detrás de sus lentes oscuros. Enfundadas en trajes blancos, ensayan una coreografía que simula una cámara lenta y entonces aparece ella, Marta Minujin, la verdadera, la del Minuphone del 67 en Nueva York, la del Obelisco de Pan Dulce del 79. Aparece, luciendo su conjunto “amuleto”, como le gusta llamarlo, que presenta motivos étnicos. “La chaqueta es de Guatemala, el pantalón, de Perú”, contará después. La emblemática artista plástica argentina que supo engalanar el legendario Instituto Di Tella, se instala ahora en medio de sus “dobles de riesgo” para arengarlas:

¡Arte, arte, arte! ¡Es un grito de guerra! ¡Arte, arte, arte! ¡Es un grito de guerra!", exclaman al unísono.

Desde que en los años 60 comenzó a recolectar colchones usados en París para convertirlos en esculturas habitables, Marta Minujín transformó lo cotidiano en símbolo.

Aquellos primeros colchones, retorcidos y pintados con colores vibrantes, marcaron el inicio de una estética pop, participativa y profundamente sensorial que redefinió el arte argentino. Obras como "¡Revuélquese y viva!" o "La chambre d’amour" invitaban al público a sumergirse –literalmente– en espacios blandos, provocadores y lúdicos, donde el cuerpo era protagonista y el arte, una experiencia.

Marta Minujin presento su obra Golosina Emocional en el Palacio Libertad. Foto: Juano Tesone.Marta Minujin presento su obra Golosina Emocional en el Palacio Libertad. Foto: Juano Tesone.

Un colchón como emblema

A lo largo de su trayectoria, Minujín ha hecho del colchón un emblema: soporte de sueños, erotismo, descanso y resistencia. Desde" La Menesunda" hasta "El Partenón de libros", su obra ha sido siempre una celebración de lo efímero, lo colectivo y lo disruptivo.

Ahora, en pleno invierno porteño, la artista regresa al Palacio Libertad con "Golosina emocional", una monumental “antiescultura” inflable de doce metros que retoma su lenguaje histórico para ofrecer una experiencia inmersiva, vibrante y afectiva.

Inspirada en su emblemática serie de colchones, esta instalación invita al público a recorrer pasillos de color y sonido, activados cada fin de semana por el colectivo performático Las Martitas. El arte como juego, como abrazo, como caricia emocional pero también, como grito de guerra.

Marta Minujin presento su obra Golosina Emocional en el Palacio Libertad. Foto: Juano Tesone.Marta Minujin presento su obra Golosina Emocional en el Palacio Libertad. Foto: Juano Tesone.

El enorme y colorido inflable se encuentra en la explanada de acceso al Palacio Libertad, sobre la calle Sarmiento. Por suerte, la tarde está soleada y no hace tanto frío. Al salir su autora, cual estrella de rock, una multitud de personas de todas las edades se acerca a saludarla.

Minujin se muestra vital, radiante, muy amable con todo el mundo. No solo es muy respetada por su trayectoria artística sino que es muy querida por su humanidad.

Dentro del inflable, arrulladas por el canto de las aves, las Martitas deambulan, se detienen, nombran a Da Vinci, dicen “Futurismo”, “Dadaísmo”, vuelven a posar.

Afuera, detrás del vallado, una señora se acerca a ofrecerle un regalo a Marta, un niño muy chiquito la reclama, le pide que se acerque, quiere saludarla, un grupo de chicas jóvenes quieren una selfie con ella. Marta atiende a todos pacientemente y con una sonrisa para luego regresar al hall de entrada del Palacio, no sin antes repetir, junto a sus duplicados:

“¡Arte, arte, arte! ¡Es un grito de guerra! ¡Arte, arte, arte! ¡Es un grito de guerra!".

Marta Minujin presento su obra Golosina Emocional en el Palacio Libertad. Foto: Juano Tesone.Marta Minujin presento su obra Golosina Emocional en el Palacio Libertad. Foto: Juano Tesone.

El arte está por encima de todo realmente, sobre la religión, sobre la política. Cuando uno mira una obra de arte, el arte tiene la propiedad de rescatar tu grandeza oculta”, asegura Minujín en rueda de prensa, citando a Octavio Paz.

Para la artista, esta instalación es un “grito de guerra”, no bélico, sino estético: “Si el arte dominase el mundo, sería un mundo mucho más pacífico”, asegura.

Marta Minujin presento su obra Golosina Emocional en el Palacio Libertad. Foto: Juano Tesone.Marta Minujin presento su obra Golosina Emocional en el Palacio Libertad. Foto: Juano Tesone.

Minujín considera que la Argentina no se reconoce globalmente a través del arte, sino más bien por su naturaleza. “Hay individuos que lo representan, pero la Argentina en sí misma no. Más nos representa la naturaleza, que es fantástica”, sostiene. En su caso, cree que su obra llama la atención en el mundo porque “están acostumbrados a que uno sea de Europa o de Norteamérica”.

Experiencia inmersiva sensorial

Respecto a la instalación que se presenta en el Palacio Libertad, aclara que "Golosina emocional" no es una evocación de su infancia sino una experiencia inmersiva sensorial: “Cuando masticás una pastilla de goma, estás pensando en algo y no se sabe en qué. Cuando vas masticando el chicle globo hasta lograr el globo, implica un cambio de pensamiento. Y al meterte en ese inflable laberíntico y oír el canto de los pájaros, es una experiencia emocional”.

Marta Minujin presento su obra Golosina Emocional en el Palacio Libertad. Foto: Juano Tesone.Marta Minujin presento su obra Golosina Emocional en el Palacio Libertad. Foto: Juano Tesone.

Con intención de reconectar a las personas en un plano emocional que excede la virtualidad, subraya que esta obra “no entra solo por los ojos, sino también por la acción. No es que la gente viene a ver una escultura, sino que viene a transitarla, a recibir la emoción de escuchar el canto de los pájaros como si estuvieras en la selva”.

El juego, como constante en su trayectoria, está presente en la propuesta. “A los chicos les encantaría jugar a las escondidas ahí adentro. Y si venís a las seis o siete de la noche, con las luces es muchísimo más lindo”, dice, entusiasmada.

Marta Minujin presento su obra Golosina Emocional en el Palacio Libertad. Foto: Juano Tesone.Marta Minujin presento su obra Golosina Emocional en el Palacio Libertad. Foto: Juano Tesone.

Para quienes se inician en el arte, Minujín ofrece una guía esencial: “Que crean en sí mismos”. Asegura que el artista verdadero no sigue tendencias: “El que es artista no mira lo que hacen los demás, hace lo que tiene adentro”. Y recuerda cómo incluso el arte medieval, influenciado por la religión, “trasciende todo por la maravilla de su maestría”.

En cuanto a "Golosina emocional", la define como algo que va más allá de lo convencional. “La escultura generalmente es pesada y tiene materiales rígidos. Esto es una antiescultura porque es todo lo contrario”.

Celebra que pueda transportarla fácilmente: “Esta va a ir a Madrid, al Reina Sofía. Ya hice cuatro o cinco diferentes. Esta de doce metros, tengo otra de cinco. Y pienso seguir”, promete.

Clarin

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